19 de marzo de 2011


¿A qué jugamos?
Tortura. Sí, creo que es ese. Me toca, sufro. ¿Por mí y por todos mis compañeros? No, ya no es tan fácil. ¿Comerse el mundo sin pensar en las consecuencias? No, no creo que funcione. Te toca, ¿estás en casa? ¿qué pasa? ya no lo entiendo. ¿Felicidad? Toda tuya, yo ya no puedo. ¿Qué dices, que vida nueva? Quiero la de antes. ¿Olvídalo, ya no es lo mismo, entiéndelo? Puf, inténtalo tú. Sigamos, ¿así? ¿puedo mirarte, besarte, abrazarte? Prohibido. ¿Amigos? Eso creía. ¿Pero para qué están? Ya ni un te quiero puedo. ¿Distancia? Bastante, creo que acierto. ¿Verano libertad? Verano una mierda, sin ti. ¿Y tu voz? Me conformo con el altavoz de mis amigas. ¿Y tus labios? Ya de eso me olvido. Y en la puerta de tu casa, ¿te espero?, solo sueño, sueño con un gran día, con un gran silencio. ¿Entre ramas? te busco, buenos recuerdos. ¿Y aquel avión? Sí, sigue dando el rodeo para ir a París. ¿Los bancos? Ya no los ocupa nadie. ¿Césped? Llegamos tarde. ¿Mi brazo? Sí, sigue pintado como el primer día. ¿Que de qué sirve? Tortura, así es el juego. Siguiente, ¿a quién le toca?

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